A la hora de construir los Pavimentos Porosos ( PP ), además de los cuidados propios de cualquier proceso, deben considerarse otros elementos con especial atención. El PP debe tener un perfil relativamente plano; si se aplica sobre una pendiente pronunciada, el agua de lluvia absorbida por la capa de concreto poroso comenzará a escurrirse en la sub-base, generando sub-presiones que pueden dañar las losas. Si las pendientes requeridas son mayores al 1%, se debe construir barrearas impermeables perpendiculares al escurrimiento.

 

Al contener esta mezcla muy poca agua, se debe humedecer la sub-base antes del colado; en caso contrario, la sub-base seca acelerará el tiempo disponible para la colocación, compactación y fraguado del PP en terreno.

El ancho aconsejado de aplicación fluctúa entre 3 y 5 metros, al igual que en los pavimentos tradicionales de concreto. Las guías laterales son similares a las convencionales, diferenciándose por la inclusión de un listón de madera adherido sobre estás para establecer un sobrespesor de compactación. Una vez que el concreto ha sido esparcido y nivelado, estos listones son removidos para poder compactar la mezcla con un rodillo del ancho total de la losa. Los listones empleados pueden llegar  a ser de 2 cm, dependiendo de la consistencia de la mezcla y del espesor del pavimento.

El sistema de vibrado empleado es del tipo “strike off”, o del impacto superficial. En la mayoría de los casos se recomienda usar un vibrador mecánico en el modo más lento posible; si se implementan frecuencias de vibrados altos, lo más probable es que el concreto se sobre-compacte; alterándose así la permeabilidad. Inmediatamente después del vibrado de impacto, se debe utilizar un rodillo pesado de fierro, del ancho total de la losa, para compactar la mezcla a la altura de las guías. La experiencia muestra que las juntas longitudinales son más susceptibles al desconche; una compactación adicional en esta zona es necesario para evitar la aparición de estas fallas.

El paso del rodillo debe terminarse no más allá de 20 minutos después de la vibración de impactos. Debido a la textura abierta de la mezcla, la pérdida de humedad se produce a gran velocidad y el inicio del fraguado es muy rápido. Además, un rodillo tardío produce agrietamiento superficial e incrementa la posibilidad de aparición futura de fallas, como desconches o grietas mayores. Usualmente no es necesario realizar operaciones de terminación después de la compactación, no siendo recomendables operaciones  como pulimento pues puede obstruir o sellar los poros de la superficie disminuyendo su permeabilidad. No obstante, debe corregirse cualquier defecto superficial inmediatamente de forma manual.

Las juntas requeridas en los PP difieren a las convencionales, debido a que este tiene menos de un tercio de la retracción de un concreto común. El espaciamiento de las juntas transversales es de aproximadamente de 15 a 20 metros. En esta caso, los equipos convencionales no son aplicables, debiendo utilizarse un rodillo especial con una hoja filosa. La experiencia ha mostrado que las juntas de dilatación térmica no son necesarias en estos pavimentos.

El curado es uno de los elementos fundamentales para obtener un pavimento con las condiciones deseadas. Este proceso requiere una mayor atención y cuida que el que se tiene en los pavimentos de concreto convencionales; debido a la gran superficie de contacto del material con el ambiente.  

Un incorrecto proceso de curado en los primeros 7 días puede reducir la probabilidad de la superficie en un 60%. El método de curado más común, es cubrir la superficie y los costados con una membrana de polietileno. El proceso de curado debe comenzar inmediatamente después de compactar y producir las juntas transversales. 

Esta información fue tomada de la revista CONSTRUCCIÓN Y TECNOLOGÍA EN CONCRETOS volumen 4 número 7. SECRETARÍA DE COMUNICACIONES Y TRANSPORTES: PAVIMENTOS de concreto y modernización, carreteras en México.

Una publicación del INSTITUTO MEXICANO DEL CEMENTO Y DEL CONCRETO, A.C.